Campesinos apuestan por agricultura sostenible contra la deforestación del Gran Chaco

Por Equipo Hanna | Hace 8 meses 2 semanas en Noticias | Comentarios

En esta selva, la segunda más grande de América del Sur después de la Amazonía, los cultivadores de maíz y soja y los ganaderos aprendieron a mejorar sus producciones sin deforestar, y aplicando métodos como los corrales. France 24 se alió con The Nature Conservancy para contar sus historias. 

Las predicciones que ha hecho la ciencia sobre el clima son una realidad en el Gran Chaco. Tres universidades de Argentina, Bolivia y Paraguay usaron los datos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y calcularon que en la región hay un aumento en la temperatura media anual de más de 1°C.

Esos tres países son los que comparten el Gran Chaco, la segunda selva más grande de América del Sur y que ocupa el 6,1% del territorio de la región, según el proyecto MapBiomas. Con más de 100 millones de hectáreas, mide casi el doble que toda España.

En sus ecosistemas, hay 3.400 especies de plantas y 500 de aves que son únicas del lugar, según The Nature Conservancy (TNC). Y, a pesar de esto, es uno de los lugares donde más se deforesta en el planeta. 

Con información satelital, MapBiomas detalló que el Gran Chacho perdió un 14,5% de su vegetación natural entre 1985 y 2022. Argentina fue el país que más vegetación leñosa natural perdió, en mayor medida, por el aumento de la agricultura. Según los datos de la versión 4.0 del proyecto satelital, la superficie de uso agropecuario en esta selva aumentó un 225% en 38 años; por ejemplo, por la ganadería extensiva y la soja. 

Este es el cambio del uso de suelo en el Gran Chaco, según MapBiomas. © France 24

Las consecuencias se sienten en los cambios extremos del clima. Además de sentir más calor que antes, los pobladores están viendo efectos en su producción agrícola. Ángela Agüero, habitante del paraje Aguas Turbias en El Chaco argentino, explica que los animales se alejan en tiempos secos intentando buscar agua y que ahora mueren más que antes. 

De hecho, los ciclos del agua han sido uno de los más afectados en esta selva. Los campesinos han notado que ahora llueve durante menos tiempo. Lucía Ruiz, ganadera de la localidad Coronel Juan Solá (estación Morillo), explica que el agua que antes la encontraban en los pozos a unos 12 metros de profundidad, ahora está a 17 metros. 

Ante la escasez, los campesinos han aprendido a cultivar el agua que no utilizan por completo en una cosecha y la guardan para la siguiente. Lucía no solo lo hace, sino que ayuda a gestionar. 

En 2009, fundó la organización ‘Unión y Progreso’ para buscar alianzas entre los campesinos y así buscar financiación para cambiar sus métodos de ganadería y agricultura; especialmente, para poder costear los altos precios. Detalla por ejemplo que un rollo de alambre para poder crear un cerca para los animales puede costar alrededor de 75.000 pesos argentinos (cerca de 215 dólares), cuando un ternero lo venden por 60.000 pesos (alrededor de 170 dólares). “Somos ricos y pobres a la vez. Si vives en el campo, no te falta la comida; pero sí te falta para hacer los manejos agrícolas, para ir al médico, para pagar los estudios de tus hijos. Por eso formé la asociación, para que mejoremos nuestra calidad de vida”, señaló. 

Con dicha unión, buscaron respaldo de organizaciones para que los capacitaran en cómo presentar proyectos. Así, ganaron propuestas para que les financiaran los rollos de cables, les enseñaran a hacer una agricultura sostenible sin tener que deforestar, cómo crear pozos de agua y los implementos para hacerlo. De esa manera, Lucía cuenta que hicieron uno que suministra recursos hídricos a 17 personas, a una escuela y a un centro de salud en un terreno que es semiárido. 

Cambios en la agricultura y la ganadería

Pero para frenar la deforestación, una de las urgencias es evitar que los bosques se talen para convertirlos en cultivos agrícolas o suelos para el ganado. La apuesta de TNC en el Gran Chaco apunta a dos vías en ese sentido. La primera es restaurar los bosques que necesiten ser restaurados, por ejemplo, con siembra de árboles. Y la segunda es generar alimentos sin aumentar la superficie de deforestación, como le explicó a France 24 Mauricio Núñez Riveiro, el líder de El Gran Chaco para TNC. “Es decir, aumentar la producción por unidad de superficie, incrementar la rentabilidad y producir alimentos sostenibles”, señaló.

Además de incentivar a los campesinos a que produzcan alimentos que estén libres de deforestación, también buscan generar conocimiento en la producción sostenible de los mismos. Un ejemplo que da Núñez es que hay lugares en Salta donde se cultivan especies que compiten con la maleza y así disminuir el uso de agroquímicos.

Núñez explica que entre la deforestación que se ha evitado con esta clase de proyectos y la restauración, ya han recuperado más de dos millones de hectáreas en el Gran Chaco. Un número relativamente bajo si se compara con la superficie total de esa selva, pero que ha traído cambios significativos para cientos de productores.

Fuente: France 24

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